Planteamiento...

Tengo la fama de esconder las cosas. Aunque ya no lo hago, eso fue aproximadamente hace 12 años. No las escondía por hacerle algo malo a alguien, a eso yo le llamaba magia; el esconderlas y decir que las desaparecía.

Ahora tengo 16 años. Me llamo Joseph, y tengo cuatro hermanos más. Unos gemelos de 8 años que hacen muchas travesuras, pero muchas. Tienen la energía para no poder dormir y seguir jugando y corriendo por la casa. Mi padre es Marc Eth, el carpintero de la ciudad, ya tiene su propio taller atrás de la casa. Eso es muy cómodo para el y para mi familia por que siempre puede comer con nosotros.

Tengo un gran interés por la magia. En una ocasión durante las vacaciones de verano me metieron a un curso de magia donde mi interés creció más y más. Todos los fines de semana como desde hace dos años voy a una tienda de magia que esta por el centro. Recuerdo la primera vez que entre que lo veía como un paraíso. Muchos magos haciendo trucos de magia, muchos objetos brillantes y grandes para hacer los trucos. Ya me conocían perfecto ahí, incluso había ocasiones en las que me hacían descuento. Mi colección de magia creció y creció. En mis tiempos libre siempre estaba haciendo magia, siempre practicando. Siempre llevaba una baraja en mi bolso para hacerle magia a mis amigos y compañeros. Siempre que hubiera reunión entre amigos o familiares ahí estaba yo haciendo magia. Comencé a adquirir cierto prestigio y cierta fama entre la comunidad.

Sonó mi despertador tan fuerte que parecía que iba a explotar. Fue difícil levantarme pero si llegaba tarde a la escuela no me dejarían entrar a presentar el examen final de química. Lo que sería una desgracia. Los grito de mi mamá para que bajara a desayunar eran tan fuertes que se escuhaban dentro del baño con la regadera prendida.

Camino a la escuela fui haciendo un monólogo para uno de mis presentaciones. La primera en la que ya voy a cobrar. Será dentro de tres meses, asi que tengo tiempo para practicar y comprar nuevos trucos. Durante todo mi examen me concentre en esa presentación mia; pero aun así, creo sacar buena calificación.

Tan solo de pensar en esa idea, los meses transcurieron como segundos. La mitad de mi cuarto estaba ocupado por puras cosas de magia. Era una obsesión. Carter, uno de mis mejores amigos pasaría por mi a eso de las 2, para llevarme a la fiesta infantil. De mis amigos él es el unico que tiene coche. LLegó hasta mas temprano de lo acordado, me ayudo a cargar tanta queja, tantas que no cupieron en la cajuela, me tuve que llevar unas sobre mi.